sábado, 24 de noviembre de 2007

Un mes

Hace un mes que hemos llegado a India. Soy Ana, la que escribo hoy. En este tiempo no han parado de suceder cosas y a veces siento que llevamos casi un año.

Esta es la segunda vez que estoy en Bodhgaya, en el proyecto de IRDT. Llegué por vez primera en agosto de 2006 con la intención de pasar un mes y acabé volviendo en junio de 2007, ¡menudo susto el que se llevaron mis padres! Durante todo este tiempo no estuve sola: compartí mi vivencia con Sergio e Iñaki (él fue quien comenzó esta historia con un grupo de indios hace 6 años). Tras 4 meses en España he vuelto de nuevo, con más gente que se ha ido apuntando a esta aventura, y ahora estamos Fran, Patri, Guillermo y yo, además de la gente que pasa por aquí a conocer el proyecto o a estar unos días con nosotros.

Este mes ha sido intenso porque ha habido muchos cambios en la organización del proyecto, cambios que nos han servido para aprender más sobre nosotros mismos y sobre el sentido que tiene la cooperación desde occidente a oriente, desde lo que conocemos como norte y sur. Hasta la pasada temporada aquí, yo entendía que nuestro papel era el de organizar esto porque sin nosotros parecía que no funcionaba. Ahora, tras la experiencia previa y la estancia en España, que me ha permitido ver mi vivencia con cierta distancia y de una forma más reposada, entiendo que, a pesar de que vienes con la idea de adaptarte a las maneras de funcionar de aquí, llevamos grabado a fuego en nuestro pensamiento y casi en nuestra genética ancestral, este rol de conquistadores que demasiadas veces no nos deja ver las capacidades de los de aquí. Cuando no estamos todo sigue funcionando, y eso es una gran ventaja. No dependen de nosotros tanto como yo imaginaba y eso me ha permitido relajar la responsabilidad que sentía sobre el proyecto. Desde hace tres semanas hemos tomado la decisión de que nosotros sólo estamos aquí para ayudar, para apoyar proyectos concretos pero ya no más en la organización. IRDT ya no es un bebé, ya ha crecido, y gracias a todos los que han pasado antes por aquí, gracias a Iñaki, ya se autogestionan solos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sonríe entonces querida Ana, porque con estas líneas que nos regalas anticipas positivas expectativas de sostenibilidad.

Vuestra labor da frutos, y eso es lo que realmente anima a seguir día a día al pie del cañón, no crees?

Un Abrazo.
Elisa.